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Mientras un lindo cachorro se revolca emocionado en la arena, su hermano intenta rodar de lado. Sin embargo, no llega lejos: prefiere estirar sus piernas peludas en el aire. Pero el día aún es joven, por lo que los cachorros dulces como el azúcar están caminando por su casa y observando de cerca sus innumerables juguetes. A los sinvergüenzas suaves les gusta tropezar con sus propias cuatro patas por pura emoción, pero se levantan muy rápido, después de todo, no quieren perder ni un minuto de su aventura.
Por supuesto, los descarados amigos de cuatro patas también necesitan un descanso para retozar y así abrazarse con su amante o relajarse a la sombra. Bien, la vida de este perro! ! linda
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